El secreto está en sus muros, en cada piedra que hace posible su conjunto y todavía hoy, a pesar de todos los estudios realizados, seguimos teniendo solamente hipótesis sobre como llegó el románico a la Vall de Boí.
Quizá no deberíamos hacernos tantas preguntas y simplemente disfrutar de la belleza que nos brinda su conjunto. Las torres del campanario que bien visibles entre sí a lo largo del valle, permitía la comunicación entre sus habitantes, las pinturas que decoran su interior, nos hace pensar que todo no era austeridad, frío y piedra. Hay que ir y verlo, tocarlo y sentirlo.
Hoy se sostiene gracias al turismo cultural y deportivo, con hoteles y complejo de apartamentos que intentan camuflarse con el paisaje. Pero afortunadamente se continua teniendo la voluntad y el esfuerzo por conservar este patrimonio único. Por ello poco importa si fue gracias a los maestros lombardos, o si fueron sus discípulos los que pusieron en marcha las obras. Lo cierto es que ellas han permanecido en el tiempo y siguen en pie entre nosotros con buena parte de su belleza intacta.
Estas construcciones fueron posibles gracias a los señores de Erill, un antiguo linaje feudal, ya documentado desde el año 1077. Muchos de sus miembros se distinguieron por estar al servicio de armas de los condes de Pallars, lo que les proporcionó una posición sólida de dominios territoriales, como Erillcastell y finalmente consiguieron emparentar con la casa condal durante el siglo XII.
Erillcastell es hoy un pueblo deshabitado, pero muy vinculado a esta familia que adquirió su castillo en el año 1040. Quedan muy pocos restos tanto del castillo como del pueblo, su difícil acceso hace que en la actualidad esté prácticamente abandonado, aunque se mantuvo habitado hasta 1970 (con solamente 9 habitantes).
Resulta difícil imaginar las historias que acontecieron tras sus muros, lo cierto es que estas tierras dieron vida a varios grupos de familias que vivían del ganado, la agricultura, la caza y una mina de carbón también hoy abandonada.
Ya lo dijo el poeta “todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar..” pues si por casualidad pasas por estas tierras, mira hacia arriba y parate a contemplar su belleza y su historia, son mucho más que piedras, que restos, que paredes....
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